Ricardo González Latorre, enfrenta cargos por un homicidio consumado y uno frustrado, delitos por los cuales, en caso de confirmarse su autoría, arriesga la pena de presidio perpetuo calificado. En la audiencia se presentarán más de 40 testigos y la parte querellante de la aseguradora pide tres años de presidio por fraude.
Una de las presuntas víctimas del «abogado del metanol» es Natalia Véliz, con quien había forjado una amistad y obtenido un seguro. Posterior a ello, Natalia decidió poner fin a la relación financiera que los unía, sin embargo, acordaron una última cita, en la que la víctima falleció.
Otra de las denuncias es un homicidio frustrado que se remonta al año 2012, luego que otra de sus presuntas víctimas, Luis Olivares, asegurara haber sido envenenado con metanol. Ambos se conocían desde hace años y González le ofreció un seguro de vida a Olivares, quien terminó aceptando la propuesta.
El acusado tenía un historial criminal desde la década del 90′, siendo su primera víctima Claudio, un joven de 23 años que trabajaba en mantenciones de camiones de una minera de la zona. En febrero de 1997 murió apuñalado por un sicario que fue contratado por el imputado, delito por el que se le condenó a 10 años de cárcel. También se le vincula a la muerte de María Eliana Cádiz en 2004, aunque no forma parte de la causa.
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