La Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) se encuentra en el centro de la polémica luego de que cinco exagentes presentaran demandas laborales en su contra, exponiendo información relevante sobre el trabajo realizado por este organismo. Dos de las demandas han revelado detalles específicos sobre las operaciones llevadas a cabo en la oficina ubicada en la calle Tenderini 115, incluyendo conversaciones de WhatsApp y fotografías del interior de la agencia.
Las demandas fueron presentadas por dos exfuncionarias de la ANI, una periodista y una diseñadora, quienes argumentan haber sido desvinculadas injustificadamente tras el cambio de administración en 2022. A pesar de haber estado contratadas a honorarios, las exagentes sostienen que existía una relación laboral y buscan ser indemnizadas por su despido.
En los documentos legales presentados, se detallan las funciones desempeñadas por las exfuncionarias, quienes trabajaban como analistas en una plataforma de inteligencia. Su labor consistía en realizar perfiles de personas a partir de datos en redes sociales, elaborar informes de investigación, analizar tendencias y hashtags en las redes sociales, y monitorear los medios de comunicación en temas contingentes del país.
Como parte de la evidencia presentada en el tribunal, se incluyeron fotografías de las credenciales que acreditaban la pertenencia de las exagentes a la ANI, así como un registro de los turnos de los agentes en una pizarra ubicada en la oficina de Tenderini 115. Sin embargo, la evidencia más impactante fue una conversación de WhatsApp entre una de las exagentes y su jefe directo, en la cual se solicitaban informes con nombres de personas investigadas por la agencia.
Durante el desarrollo del juicio, una de las exagentes reveló detalles sobre la dinámica de trabajo en la ANI, señalando que operaban en equipos de aproximadamente 12 personas y trabajaban las 24 horas del día. Mencionó que tenían tareas asignadas por su jefe, quien dejaba instrucciones por escrito en una pizarra, incluso cuando no se encontraba presente. La exagente también mencionó los nombres de las personas involucradas en la asignación de tareas.
Además de estas demandas, se han registrado otros casos anteriores en los que exfuncionarios de la ANI han presentado demandas laborales, exponiendo nombres de agentes y detalles sobre la agencia. Estos antecedentes han generado controversia y han planteado interrogantes sobre la transparencia y el respeto a los derechos laborales en la ANI.
La Agencia Nacional de Inteligencia deberá enfrentar estas demandas en el Poder Judicial, donde se espera que se resuelvan los reclamos de las exagentes y se esclarezcan las circunstancias de sus despidos. La revelación de información sensible durante estos procesos judiciales ha abierto un debate sobre la necesidad de garantizar la transparencia y el cumplimiento de los derechos laborales en las agencias de inteligencia en Chile.