Los residentes del cerro Yungay están preocupados de que vertimientos de aguas servidas que provienen desde la cárcel de Valparaíso sigan inundando a más viviendas.
Esto porque la fuga proveniente se encuentra en el ápice del cerro, lo que mantiene una vertiente en picada y ayuda al flujo constante de agua que ya inundó casas por el sector de Miguel Ángel Alto y por toda la cúspide colindante con la penitenciaría.
La presidente del Comité de Miguel Ángel Alto, Evelyn Silva, expuso que este es un problema que sucede hace mucho tiempo, en donde la vertiente pausa y días después vuelve a caer con el mismo flujo fuerte de agua. “Hemos denunciado constantemente a Esval y no tenemos solución. El sábado hubo casas inundadas y el olor es desesperante”, agregó.
“Hemos tenido que poner sacos de arena para evitar que entre a la casa. El agua corre súper fuerte, es un olor espantoso y desagradable”, expuso Sonia Gallardo, vecina del sector en conversación con El Mercurio, exponiendo el insalubre estado en el que viven. Además, añadió, “estoy cansada y dolorida por todo esto. Estamos muy preocupados”.
Desde Esval, el subgerente zonal de la empresa, Alejandro Pérez, explicó que “el escurrimiento se origina desde la red interna de la cárcel. Hemos apoyado de forma excepcional con nuestros equipos en terreno para la limpieza y desobstrucción para evitar la ocurrencia de nuevos rebases es necesario que el recinto tome medias, lo que hemos informado a las autoridades”.
Por otra parte, la Dirección Regional de Gendarmería, expuso que “el establecimiento penitenciario coordinó con una empresa externa las reparaciones de la matriz de evacuación de aguas servidas, la cual respondió a un llamado de la unidad de Esval. Se han realizado diversas gestiones.