Por Héctor Sandoval.
Ingeniero en Prevención de Riesgos y medio ambiente, Licenciado en Administración de seguridad pública, Máster en
Seguridad Privada y Ciudadana, Master en Prevención Delictual.
¿Si usted debiese responder una encuesta y le consultan si siente inseguridad, a ser víctima de la delincuencia, sea en la vía pública, en su casa, en su auto, en su trabajo, o en la sala de clases?
¿Que respondería usted?, probablemente la mayorías de las respuestas pueden ser que sienten inseguridad y al unísono que se necesitamos más seguridad, para desarrollar nuestra vida en tranquilidad, paz y armonía, teniendo presente esto como un derecho universal que ayuda a las comunidades a buscar el bien común.
Como no asumir que efectivamente existe una crisis de seguridad en el país y la región, sin
lugar a dudas que noticias e informaciones en redes sociales, nos confirman esto con los
violentos hechos y los crudos relatos y por cierto las consecuencias irreparables que produce la violencia que el delito como fenómeno social, origina en la sociedad, pues debemos asumir que vivimos en la cultura de la violencia y no nos hemos dado cuenta, ya lo socializamos.
Acá, no podemos culpar a las policías a ciencia cierta o a las autoridades locales, la culpa es
todos nosotros, pero evidentemente es el estado, en quien recae esta obligación, hoy casi por falta de servicio, pues es el garante de la seguridad pública, función monopólica en la
constitución vigente.
Pero, surge la inquietud sobre si los parlamentarios tienen responsabilidad o pueden contribuir a mejorar el bien común, estimo que no la pueden eludir, tienen facultades, potestades y además una función fiscalizadora, pues deben accionar.
Resulta contradictorio como en campaña, todos ofrecen seguridad en sus programas, pero en el momento de las respuesta, al unísono se culpa al gobierno de turno o a las policías, que si bien deben hacer su propia evaluación para estar en línea con su planes estratégicos orientados a la prevención y al control.
En lo criminológico, debemos preguntarnos ¿Por qué ocurren estos hechos?, la respuesta es que las causa es multifactorial y claramente no es por el desempleo como se indicaba antaño, por el fin politológico, la pregunta es ¿Cómo solucionamos el fenómeno delictual?, la respuesta es con prevención, control, sanción y motivar el control social, pues por ejemplo no es que las policías no hagan nada, sino que no dan abasto a tanta demanda de seguridad, no he escuchado a nadie decir que no quiere un cuartel de la policía cerca de su lugar de trabajo o
residencia. Aumento de los recursos logísticos para tener más vehículos, más cobertura, pues hoy nadie se opone a mas cuarteles policiales, más tenencias, más brigadas, más drones, más control, todas y todos queremos más policías y esto no es responsabilidad de los directores de las policías, si no del estado
que sistemáticamente ha estado en deuda con los ciudadanos, como no recordar la frase “ se
va a terminar la puerta giratoria”, pues más bien sacaron la puerta y ese gobernante poco
realizó por frenar el delito y la delincuencia.
Es hora de preguntarnos si ¿será bueno que la justicia, tenga la facultad de no perseverar?, de enviar al archivo provisional los hechos denunciados, con esto la gente se siente indefensa y
vulnerable, pues no entiende el proceso.
La homologación de los sistemas de seguridad ciudadana, es una acción que debe apresurarse, pues no es posible que un municipio tenga un gran sistema de seguridad, ciudadana, pública o
humana, versus otro que no tiene aun cuando la ley lo obliga al menos en tener dirección de
seguridad pública, pero si tiene fuentes de financiamiento similares, debe haber gestión, más que esperanza, esto involucra fonos de emergencia, asistencia, vehículos, cámaras,
capacitaciones, seguridad comunitaria y vecinal.
Los hechos violentos, el uso de armas, los homicidios, la participación de menores, de
extranjeros, claramente han aumentado, las personas creemos que hoy la delincuencia esta
desatada en todos lados y partes, ahora bien, ¿cómo solucionamos esto?, es la pregunta que
ahora si las autoridades locales y las policías deben mitigar con su accionar, con prevención, control y sanción de las judicaturas que correspondan.
Los diagnósticos, ya no son necesarios, las reuniones tampoco pues la coordinación debió estar lista, hoy la demanda es otra, acción y respuestas.
De la cultura de la violencia, debemos pasar a la cultura de la prevención.
¿Qué opina usted?