“HAY VARIAS PARTES EN CHILE QUE ESTÁN ESPERANDO GRANDES TERREMOTOS” GEOFÍSICO SE REFIERE AL AUMENTO DE SISMOS EN EL PAÍS

El geofísico Cristián Farías, reconocido experto en sismología, emitió recientemente declaraciones que han generado atención en la comunidad científica y en la ciudadanía. Según Farías, varias regiones de Chile están a la espera de grandes terremotos debido a la acumulación de energía tectónica que no ha sido liberada en largos periodos de tiempo. Estas afirmaciones surgieron a raíz de una serie de sismos registrados en el norte del país, lo que reavivó el debate sobre el comportamiento sísmico en estas zonas y la posibilidad de futuros eventos de gran magnitud.

¿Por qué surge esta preocupación?

Farías explicó que los recientes temblores en la región norte de Chile, si bien perceptibles, no representan una liberación significativa de energía en comparación con lo que podría ocurrir en un terremoto de gran magnitud. En este contexto, el geofísico destacó que el país, ubicado en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, se encuentra en una zona de alta actividad tectónica debido a la interacción entre las placas de Nazca y Sudamericana.

Una de las razones de su análisis es la observación del bloqueo de las placas tectónicas en la zona costera, un fenómeno que ocurre cuando las placas se deslizan lentamente pero no logran liberar la energía acumulada de forma constante. Este bloqueo genera tensiones que, con el tiempo, se traducen en sismos cada vez más intensos, dependiendo del tiempo que pase entre cada evento importante.

Zonas críticas identificadas

Farías señaló específicamente dos áreas que presentan un alto potencial de liberar grandes cantidades de energía tectónica:

1. Arica: Esta zona se encuentra en un “silencio sísmico” desde hace décadas, lo que incrementa la probabilidad de un evento mayor.

2. La región comprendida entre el sur de Iquique y Mejillones: Este tramo también muestra características similares, con acumulación de energía que no ha sido liberada completamente desde el terremoto de Iquique en 2014.

La falsa tranquilidad de los temblores menores

Uno de los puntos que el experto destacó fue que las seguidillas de sismos menores no deben ser interpretadas como un alivio de la tensión tectónica. Según Farías, para igualar la energía que libera un terremoto de magnitud 8, se necesitarían más de mil sismos de magnitud 6, lo que hace prácticamente insignificante el impacto de estos movimientos menores en la reducción de energía acumulada. Por ello, aunque estos eventos puedan parecer alarmantes, en realidad no modifican sustancialmente el riesgo de un terremoto mayor.

Un llamado a la preparación

Las palabras de Farías no buscan alarmar, sino generar conciencia sobre la importancia de estar preparados en un país con una extensa historia de eventos sísmicos. Recordó que la preparación constante, el cumplimiento de normativas de construcción antisísmica y la educación en simulacros y protocolos de evacuación son las mejores herramientas para enfrentar estos fenómenos naturales.

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