Carlos Carvajal Pino
Sociólogo
Magister ( c ) en Prevención, Seguridad Urbana y Política Criminal (UAH).
Durante el año 2020, según diversas cifras públicadas, Chile ha experimentado un importante aumento de la violencia, lo que se expresa en el aumento uso de armas de fuego y aumento en un 34% de la tasa de homicidios respecto al año 2019. Esto ha encendido las alarmas de las autoridades y los ojos internacionales estan puestos en los indicadores de violencia que han estado presentes durante los ultimos meses en Chile. Diversas son las hipotesis, siendo el “ajuste de cuentas”, asociado al tráfico de drogas, una de las que toma mayor relevancia, incluso se habla de la presencia y accion de carteles de droga reconocidos a nivel mundial.
El panorama, es sin duda, preocupante y nos interpela como pais respecto a cómo prevenimos el delito y la violencia. En este sentido el desafio es monumental, pues las expresiones de violencia directa, como tambien la violencia simbolica (como por ejemplo el porte y exhibición de poder de fuego), responden a una dimensión mayor, que es la violencia estructural.
En este sentido, el problema se debe abordar de forma integral, desde el control hasta la prevención, desde el gobierno, las policias hasta los municipios y la comunidad. El dia miercoles 6 de enero de 2021, algunas municipalidades de la Región Metropolitaba, presentan “16 medidas municipales” contra la delincuencia, dando cuenta que el fenomeno impacta y preocupa a nivel de gobiernos locales y tambien en la comunidad quienes perciben mayor inseguridad.
De acuerdo a esto, cabe preguntarse ¿Cómo prevenimos desde lo local?. Primero, debemos entender que el municipio es la institucion que puede lograr una comunicación mas directa con la comunidad y por lo tanto es la instancia responsable de propiciar los espacios para la participación de los/as vecinos/as en la coproduccion de seguridad. Por otro lado, es importante y necesario reconocer que debe haber un abordaje intersectorial, donde el gobierno central, debe proponer lineas generales de intervención, pero es el gobierno local en conjunto, con la comunidad, quienes deben tener la autonomia para desarrollar estrategias acorde a las caracteristicas de sus barrios, estrategias que además deben ser flexibles y moldeables. Desde este punto de vista, el barrio es un espacio fundamental para la prevención, es en el barrio donde se deben desarrollar estrategias para favorecer las buenas relaciones en la comunidad, el barrio es donde los niños,niñas y jóvenes interactuan formando su identidad y desarrollando sus capacidades, el barrio es un recurso de relaciones y oportundades, y aquí nos preguntamos ¿Realmente en nuestros barrios existe la posibilidad de que niños, niñas y jovenes puedan desarrollar al maximo sus potencialidades? Me parece que hay mucho por avanzar en esta materia. No es casual que las mayores expresiones de violencia se de en barrios excluidos, tampoco es casual que en estos barrios la oferta en terminos deportivos, culturales, educacionales y servicio público sean escasas. La exclusion no es casualidad, ni azaroza, y los gobiernos locales transformadores deben desarrollar estrategias inclusivas y democráticas. El desafio es importante y se debe abordar con equipos técnicos calificados por una parte, con profesionales conocedores del territorio y sobre todo con la comunidad activa, y participante en la toma de desiciones.